Hoy en día, no podemos decir que cualquier método, incluyendo la acupuntura, pueda diagnosticar de forma precisa potenciales discrepancias en el flujo de energía, ya que relativamente pocos estudios han sido documentados sobre ello. Sin embargo, la recuperación del flujo de energía será muy beneficioso incluso sin saber el lugar exacto de la interrupción en el cuerpo. Como resultado del estilo de vida de hoy caracterizado por estrés, sedentarismo, malos hábitos de comida, contaminación química y biológica así como también lesiones y operaciones físicas, los sistemas de energía de los seres humanos están seriamente dañados. Incluso las cicatrices internas y externas del cuerpo son barreras al flujo de energía a través del mismo. Si nuestro sistema de energía no funciona adecuadamente, y el cuerpo tiene los trastornos internos y daños descritos anteriormente, entonces no hay suficiente energía, incluso en un estado muy temprano, para la prevención del proceso de envejecimiento y mucho menos rejuvenecimiento. El envejecimiento es el resultado inmediato de un aporte insuficiente de energía dentro del cuerpo. La restauración del flujo de energía ayuda a recuperar al cuerpo físicamente, y puede al menos prevenir su envejecimiento prematuro.
Así, resumiendo los efectos en los dos primeros niveles del cuerpo podemos decir que: El tratamiento de frío ayuda a enriquecer la sangre y enviarla a todos los órganos internos y partes periféricas del cuerpo asegurando que todos los órganos tienen los “materiales de construcción” necesarios para la renovación celular. El tratamiento de frío también ayuda a suministrar a los órganos el nivel de energía necesario para hacer uso completo de estos materiales- ya que sin energía no pueden ocurrir procesos beneficiosos. Además, recordemos que el organismo no es expone a un peligro real durante el tratamiento y no existe amenaza de daño a los tejidos- solamente se crea una ilusión de amenaza a la supervivencia.